jueves, 21 de agosto de 2008
Estados Unidos, (Agencia Orbita / NoticiaCristiana.com) Sylvester Stallone “Rocky Balboa,” una gloria del boxeo ya jubilada asume el desafió de regresar al ring y luchar con un rival cuya vigencia y contundencia es reconocida. En los momentos más difíciles, cuando los retos deben de aceptarse y enfrentarse, a pocos segundos de salir al ring, alguien cree que su victoria solo estará segura si pone su fe en Dios.
A “Rocky Balboa,” se le escucha leer en el camarín a media luz el conocido pasaje bíblico que muchos lo recordamos a través de un coro de antaño: “...No es con espada ni con ejercito mas con su santo espíritu...” Zacarías 4:6 y es que el confiar en las fuerzas de uno mismo para enfrentar los problemas, retos y desafíos no son suficientes. La vida cristiana y el paralelismo pauliano de los gladiadores (la armadura de Dios de Efesios 6:10-18) y los atletas olímpicos que corren hacia la meta, está muy presente en el texto bíblico.
Una segunda oportunidad o tal vez la última se convierte para “Rocky Balboa,” en una prueba de fe, teniendo que enfrentar no sólo su propio prestigio sino también una gran nube de testigos (empezando por su incrédulo hijo, el exigente publico aficionado y los siempre críticos medios de comunic
ación)
No cabe duda, que esos guantes y esos puños no tendrían ninguna fuerza, ningún poder ni tampoco ningún valor si no estarían guiados por el espíritu de Dios, quien es el que finalmente decide la victoria. En síntesis un material recomendable y una parábola moderna para enfrentar el reto de la evangelización y el reto de vivir una vida victoriosa.
Como referencia diremos que Sylvester Stallone con sesenta años, fue el actor que más ganó por una película y que nació con parálisis facial, ahora encarna de nuevo al boxeador Rocky treinta años después de su primera aparición en las pantallas. Stallone comenta que el personaje de Rocky perdona. No es amargo. Siempre pone la otra mejilla, como si toda su vida la pusiera al servicio de los demás.
Por Moisés Miranda
A “Rocky Balboa,” se le escucha leer en el camarín a media luz el conocido pasaje bíblico que muchos lo recordamos a través de un coro de antaño: “...No es con espada ni con ejercito mas con su santo espíritu...” Zacarías 4:6 y es que el confiar en las fuerzas de uno mismo para enfrentar los problemas, retos y desafíos no son suficientes. La vida cristiana y el paralelismo pauliano de los gladiadores (la armadura de Dios de Efesios 6:10-18) y los atletas olímpicos que corren hacia la meta, está muy presente en el texto bíblico.
Una segunda oportunidad o tal vez la última se convierte para “Rocky Balboa,” en una prueba de fe, teniendo que enfrentar no sólo su propio prestigio sino también una gran nube de testigos (empezando por su incrédulo hijo, el exigente publico aficionado y los siempre críticos medios de comunic
ación)
No cabe duda, que esos guantes y esos puños no tendrían ninguna fuerza, ningún poder ni tampoco ningún valor si no estarían guiados por el espíritu de Dios, quien es el que finalmente decide la victoria. En síntesis un material recomendable y una parábola moderna para enfrentar el reto de la evangelización y el reto de vivir una vida victoriosa.
Como referencia diremos que Sylvester Stallone con sesenta años, fue el actor que más ganó por una película y que nació con parálisis facial, ahora encarna de nuevo al boxeador Rocky treinta años después de su primera aparición en las pantallas. Stallone comenta que el personaje de Rocky perdona. No es amargo. Siempre pone la otra mejilla, como si toda su vida la pusiera al servicio de los demás.
Por Moisés Miranda
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