viernes, 5 de septiembre de 2008
En Malula, una pequeña población siria a apenas 50 kilómetros de Damasco, aún se habla en arameo, la lengua de Jesucristo transmitida de padres a hijos por sus habitantes, que tratan ahora de recuperarla y difundirla.
El pueblo de unos 5.000 habitantes está protegido por un imponente desfiladero que se asoma al desierto sirio, un accidente geográfico que milagrosamente ha permitido su aislamiento y ha jugado a favor de la conservación de esta lengua semítica dentro de un país árabe.
El pueblo de unos 5.000 habitantes está protegido por un imponente desfiladero que se asoma al desierto sirio, un accidente geográfico que milagrosamente ha permitido su aislamiento y ha jugado a favor de la conservación de esta lengua semítica dentro de un país árabe.
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